Este domingo, Cuba vivió la sacudida de dos sismos de alta magnitud que estremecieron la región sur del país, en un contexto de recuperación tras recientes huracanes. Los terremotos, registrados en rápida sucesión, fueron reportados inicialmente por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El segundo temblor, el más intenso, alcanzó una magnitud de 6.8 a una profundidad de 23.5 kilómetros, afectando principalmente la provincia de Granma y zonas cercanas, mientras que el primero, de magnitud 5.9, se situó a 14.2 kilómetros de profundidad en el océano, a unos 175 kilómetros de Santiago de Cuba.
El periódico estatal Granma informó que ambos temblores se sintieron en toda la isla, aunque hasta el momento no se reportan pérdidas humanas. Andrés Pérez, un residente de Santiago de Cuba, relató que el suelo se movía con tanta fuerza que muchos habitantes salieron alarmados a las calles. Las autoridades aseguraron que no había peligro de tsunami, según el Sistema de Alerta de Tsunamis de Estados Unidos, lo que brindó cierta tranquilidad a la población.
Estos sismos ocurren mientras la isla todavía enfrenta las secuelas del huracán Rafael, que recientemente impactó el oeste de Cuba como tormenta de categoría 3, dejando a gran parte del país sin electricidad. La situación ha recordado otros eventos sísmicos recientes, como el terremoto de 7.7 de magnitud en el mar Caribe en 2020, que también estremeció a La Habana y llevó a evacuaciones sin causar mayores daños.
Con estos fenómenos naturales afectando la región, Cuba se encuentra en un estado de constante alerta, afrontando retos climáticos y geológicos que desafían a la población y a la infraestructura del país en su esfuerzo de recuperación.