De la mano de Blumhouse producción y Universal Pictures llega a la pantalla grande la tan esperada adaptación de la saga de juegos protagonizada por los animatronics más terroríficos.
En la jerga de los videojuegos existe una palabra muy interesante y que quizás si no perteneces a ese mundo, no la conozcas. El «Lore» de un juego es el conjunto de toda historia, dato o personaje que forma parte de esa franquicia. Es el trasfondo de la narrativa, todo lo que quieren contarte explícitamente pero también implícitamente, de una manera sutil, con recursos como los fondos de los escenarios, notas, videos y/o imágenes escondidas dentro de los escenarios de juego e incluso historias o mitos que nacen de los mismos jugadores que los desarrolladores terminan incluyendo por gusto o por originalidad. Y si hablamos de «Lores» famosos, sin duda uno de ellos es el de «Five nights at Freddy ‘s«.
La mítica saga desarrollada por Scott Cawthon nos sitúa en una sala de control de seguridad de una vieja pizzería, dónde tenemos que sobrevivir durante varias noches sin morir. ¿Morir en una pizzería? Si, y no hablo de atragantarse con una aceituna, es que en esta pizzería en concreto, viven unos pseudo-adorables animatronicos que buscarán la manera de matarte antes de la quinta noche. La misma idea en la que se basó Emma Tammi, directora de la cinta. Por supuesto que, con una idea tan simple y una narrativa que solo consiste en ver cámaras de seguridad y evitar morir, no se puede hacer una película. Ahí es donde toma importancia la idea del «lore» de la saga, de dónde la directora tomó el resto de lo que necesitaba para la realización de la misma.
Five Nights at Freddy’s (2023) se puede ver desde dos puntos de vista: Como conocedor del origen de la franquicia, o sea como jugador u observador de los videojuegos; o como un total desconocido a su historia, su lore y sus personajes. Como película individual e independiente de los juegos, te vas a encontrar con un metraje totalmente ridículo, falto de sentido, inconexo y hasta bizarro por momentos. Es una mala película, no hay duda de eso. No se sostiene desde ningún punto, menos desde su narrativa. Pero de cierta manera logra ser una buena adaptación. Porque para aquellos fanáticos que esperan un producto fiel al material original, mi estimación es que van a salir muy satisfechos del cine.
Parte del gran éxito de los juegos es debido a sus seguidores, la generación que hoy está llegando a los veinte o empezando los veintitantos, dado que el primer juego vio la luz en el 2014. Esas personas, que van a ir a buscar familiaridades con la saga original, van a sentirse respaldados por quienes llevaron este proyecto adelante, porque lo que tiene de malo, lo tiene también de fidelidad a los juegos. Su cinematografía emula exquisitamente la ambientación de los juegos originales. La música junto con una diversidad de guiños y detalles para los fanáticos, la convierten en una cinta casi de culto para quienes jugaron incansablemente el gran abanico de entregas que Scott Cawthon nos regaló.
