Una tormenta provocada por el frente frío número 4, obligó a la activación del Consejo Mexicano de Protección Civil y la Sedena aplicó el Plan DN-III-E en apoyo a la población.
La madrugada del jueves, Nuevo Laredo amaneció bajo el agua tras el ingreso del frente frío número 4 a la frontera norte de Tamaulipas, que dejó una precipitación de casi cinco pulgadas, el doble de la capacidad que soporta el drenaje pluvial de la ciudad.
Protección Civil confirmó saldo blanco, aunque se reportaron decenas de vehículos varados, incluyendo un camión de personal que ingresó imprudentemente al paso a desnivel Anáhuac, el cual permanecía acordonado por la inundación.
También se registraron afectaciones en viviendas y comercios, así como el cierre del Paseo de la Cañada, en la colonia Benito Juárez, debido a la crecida del arroyo Coyotes.
El director de Protección Civil, Humberto Fernández, informó que la lluvia cayó en dos periodos intensos entre las 2 y 4 de la mañana, y después de 6 a 8 horas.
“El drenaje funcionó, pero está diseñado para dos pulgadas de agua y cayó más del doble. Aún así, afortunadamente el saldo fue blanco”, señaló.
Ante la magnitud de la tormenta, se activó el Consejo Mexicano de Protección Civil y la Secretaría de la Defensa Nacional implementó el Plan DN-III-E para apoyar a la población en las zonas más afectadas.