Elsa Capuntas
Lucrecia.-¡Coquino!! ¡Coquinooo!! ¡Levántate que ya es muy tarde!
Coquino.-Déjame 5 minutos más, además aún no hay clases
Lucrecia.- No que 5 minutos, ni que mis polainas. ¡Se acabó el paro! Todas las autoridades involucradas en la educación de Tamulipas y la federación ya llegaron a acuerdo. Así que ni un minuto más en la cama, ve a darte un buen baño, pa que ahí te termines de despertar. ¡Ah que sueño tan pesado pa levantar!
Gumercindo.- ¿Qué gritos son esos Lucrecia? ¿Qué no puedes hacer las cosas sin tanto escándalo?
Lucrecia.- ¡Mira Gumercindo la hora que es, para ir a la escuela!! Y este condenado chamaco que no puedo despegarlo de la cama, tiene el sueño más pesado que un tractor, deja ver que encuentro pa levantarlo
Gumercindo.- A los que ya levantaste fue a los vecinos, ¡caray! Despiértese mijo, mira que ya es hora para alistarse, además ¿no te da gusto regresar a la escuela?
Coquino.- Noooo, porque los maestros ahora querrán reponer las clases que no tuvimos y nos van encargar muchos trabajos y tareas
Lucrecia.-Mira Coquino ahora sí ya me colmaste el buche, no me hagas sacar la poderosa
Gumercindo.-¡Santa cachucha! Pícale Coquino, que es la poderosa chancla y de esa nadie se escapa y cuando la saca…¡hasta los vecinos alcanzan!
Coquino.-¡Sálvese quien pueda!
