Permanece vigente el fenómeno del reacomodo comercial en el primer cuadro de la ciudad, con más locales desalojados, incluso aquellos ubicados en la cuadra número uno de la avenida principal, considerada la de mayor atractivo por su cercanía con el lado americano.
“Es un fenómeno que ha venido avanzando en los últimos años, relacionado con la baja en la economía del lado americano, la ausencia de turismo y el reacomodo local de comercios, que ahora se trasladan hacia el poniente y sur de la ciudad”, declaró Fernando Torres Villarreal.
Indicó que los negocios que han cerrado en el primer cuadro ya no encuentran incentivos para mantenerse, ni siquiera el conocido fenómeno del “guante”, en el que quien desocupaba un local lo cedía en renta posteriormente con la anuencia del propietario.
Citando un caso reciente, mencionó el de un reconocido restaurante ubicado en Pino Suárez y avenida Guerrero, cuyo traspaso se pactó en 50 mil dólares; sin embargo, quien lo adquirió terminó liquidando el mobiliario para establecer ahí una tienda de curiosidades.
“El cierre de negocios en el centro ya no tiene sustitución. Simplemente se abandonan, se ponen en renta y permanecen vacíos hasta que alguien los ocupe. Es evidente el reacomodo comercial, pues las zonas norte y poniente de la ciudad muestran un claro crecimiento”, comentó.
Torres Villarreal destacó la creciente demanda de espacios en plazas comerciales del poniente, como las ubicadas sobre la calle Monterrey y Lago de Chapala, así como Plaza Colinas, en la Carretera Monterrey–Nuevo Laredo, kilómetro 8.5.
Finalmente, puntualizó que desde la pandemia, Nuevo Laredo vive una transformación en su modelo comercial, al dejar de depender en gran parte de Laredo, Texas. “Hoy la ciudad ha creado sus propios negocios y se beneficia del fortalecimiento del peso”, concluyó.