Impulsa el regreso de actividades recreativas en la zona como la pesca deportiva y vida comunitaria
Tras más de 15 años de abandono, El Laguito vuelve a la vida. Este emblemático cuerpo de agua artificial en Nuevo Laredo ha sido objeto de un rescate integral impulsado por la rehabilitación del colector sanitario “Coyote”, una obra clave para el saneamiento del ecosistema del afluente Coyotes, que desemboca directamente en el río Bravo.
Para Gustavo Pantoja, representante del Centro Internacional de Estudios del Río Bravo, esta acción marca un antes y un después en la historia ambiental de la ciudad. “No solamente se saneó El Laguito.
La rehabilitación del drenaje sanitario y el colector Coyote es la columna vertebral para la recuperación de toda la cuenca”, afirmó. Uno de los puntos más emocionantes de este rescate es la posibilidad de reactivar la pesca deportiva, una actividad con arraigo histórico en los Dos Laredos.
“Estamos a poco tiempo de ver la siembra de fauna acuática, como la lobina, que es muy popular en la región. Sería la cereza del pastel para este proyecto”, declaró Pantoja, quien recordó las jornadas de pesca que vivió en el pasado en compañía de su abuelo en El Laguito décadas atrás.
Dijo que el espacio ya es visitado por familias para el sano esparcimiento, pero el objetivo es aún más ambicioso: convertirlo en un punto de encuentro para pescadores locales y visitantes, sin tener que salir a otras presas fuera de la ciudad.
Además del trabajo institucional y gubernamental —con aportes del Gobierno Municipal, el Estado de Tamaulipas y el NadBank—, el experto subrayó la importancia de la participación ciudadana.
“Los arroyos como el del CBTis y zonas como la colonia del ISSSTE también están siendo atendidos, pero necesitamos que la comunidad los cuide. Si cada vecino planta un árbol, riega, protege el entorno, se convierte en parte activa de este renacimiento”, puntualizó.
La visión que impulsa este proyecto va más allá de una simple rehabilitación: es una apuesta por recuperar la relación entre la ciudad y su entorno natural. “El Laguito es parte de la memoria colectiva de Nuevo Laredo. Y hoy estamos viendo cómo regresa, mejorado, con un potencial enorme para la educación ambiental, el deporte y la convivencia”, concluyó Pantoja.