Nora Alicia Zapata
Monseñor Enrique Sánchez Martínez, obispo de la Diócesis de Nuevo Laredo ayer en la imposición de la ceniza dijo que la “cuaresma” es un tiempo de conversión, que quiere decir entrar en sí mismos, reflexionar y ver cuáles son aquellos valores tan importantes que nos mueven y que nos orientan nuestra vida.
Ayer miércoles con la imposición de la ceniza empezó el camino a la celebración mayor en la grey católica que termina con las actividades que se llevan a cabo en la Semana Santa.
“Hoy como ya lo hemos celebrado con la misa de ceniza, donde hemos hecho la bendición de la ceniza e imponiéndola en la frente en la cabeza de todos adultos, niños, niñas, adolescentes, jóvenes hemos iniciado un tiempo de cuaresma”, dijo.
Subrayó que es un tiempo especial que la iglesia tiene cada año para prepararnos para la celebración de la Semana Santa, en ella celebramos todas las fiestas más importantes de nuestra fe cristiana.
Explicó que la “cuaresma” es un tiempo de conversión, que quiere decir entrar en sí mismos, reflexionar y ver cuáles son aquellos valores tan importantes que nos mueven y que nos orientan nuestra vida; si vemos que los valores no son los adecuados, no los hacen crecer y más nosotros desde nuestra fe no son los valores cristianos hay que reorientar nuestra vida.
Indicó que la conversión quiere decir voltear a otro lado, sino vamos caminando bien hay que voltear a otro lado y tomar el camino correcto.
“Yo les invitó a toda la comunidad sobre todo de fieles, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad hagamos de este tiempo de reflexión, de discernimiento para ver que estamos haciendo bien y que es lo que tenemos que quitar de nuestras vidas”, puntualizó.
Dijo que el ayuno, la oración y la caridad son prácticas que tienen mucho que ver con las personas, no es nada más algo exterior sino 3 actitudes que hablan de nuestras relaciones fundamentales la relación con Dios, con nosotros mismos y con nuestros semejantes.
“Al hacer esas practicar fortalecemos esa relación por ejemplo al hacer la oración nos comunicamos con Dios, fortalecemos nuestra relación con él; el ayuno nos damos cuenta que tenemos que atender nuestras necesidades personales, nuestro cuerpo, nuestras necesidades espirituales y la caridad o limosna nos relaciona con los más necesitados”, precisó.
Reiteró que son prácticas que nos podrán ayudar a hacer esta reflexión de cambio de vida, de reflexión.
Finalmente dijo que el ayuno, la oración y la caridad son propuestos hoy desde el Evangelio, la Iglesia los retoma porque son propuestas de Cristo para hacer lo correcto, para reorientar nuestra vida por el camino del bien.
