El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, reconoció recientemente que su “guerra” contra las pandillas ha llevado a la detención de 8 mil personas inocentes, quienes han sido liberadas posteriormente. Durante una visita a Costa Rica, Bukele refutó las cifras ofrecidas por organizaciones de derechos humanos, que aseguran que alrededor de 30 mil inocentes están entre los 83 mil detenidos bajo el régimen de excepción que inició en 2022. Según el mandatario, estos números son “inventados” por oenegés con agendas políticas, como el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Bukele justificó que algunas detenciones equivocadas son inevitables, argumentando que ningún sistema de seguridad es perfecto y comparando la situación con la de otros países como Estados Unidos y Alemania. Sin embargo, reiteró su compromiso de liberar a todos los inocentes detenidos en esta operación contra la delincuencia, subrayando que antes de implementar su estrategia, El Salvador tenía una de las tasas de homicidios más altas del mundo sin estar en conflicto bélico.
Amnistía Internacional y Human Rights Watch han criticado fuertemente la política de seguridad de Bukele, denunciando detenciones arbitrarias y más de 300 muertes bajo custodia. Mientras tanto, el presidente continúa defendiendo sus medidas, alegando una reducción significativa en la violencia y asegurando que el enfoque de “mano dura” está disminuyendo los índices de criminalidad en el país.