Operadores de taxis concesionados manifestaron su preocupación ante el crecimiento del servicio irregular, conocido como “pirata”, que ha desatado una crisis interna en el gremio y ha deteriorado aún más la operación de este transporte público, ya de por sí afectado por la antigüedad de las unidades y la competencia de plataformas como Didi.
Actualmente, se estima que circulan en la ciudad unas 375 unidades identificadas como taxis, aunque esta cifra incluye vehículos que operan sin concesión, portando placas particulares o permisos de dudosa legalidad.
Esta situación ha provocado descontento entre los operadores legalmente establecidos, quienes acusan a las autoridades de Autotransporte Público del Estado de omisión.
Gerardo Casas Hernández, taxista con concesión, señaló que muchas unidades en circulación presentan fallas mecánicas evidentes, lo que pone en riesgo la seguridad de los usuarios y debilita la confianza en el servicio legalmente constituido.
Añadió que muchos sitios han sido abandonados, mientras los pocos que se mantienen optan por “ruletear” ante la escasa demanda. Por su parte, Juan Manuel Vázquez, también operador, expresó que la mayor competencia no proviene de las aplicaciones digitales, sino de los propios taxis irregulares.
Consideró que hace falta una intervención firme de las autoridades para restablecer el orden y mejorar la imagen del gremio.
Raúl Vázquez, otro taxista entrevistado, denunció específicamente la situación del Sitio Hidalgo, donde se concentran unidades sin concesión operando al amparo de supuestos permisos.
“Este sitio se ha convertido en refugio de taxis piratas, sin que nadie intervenga”, reclamó. Los operadores coinciden en que es urgente una regulación más estricta, así como incentivos o programas de renovación vehicular, antes de que el servicio tradicional de taxis desaparezca por completo.