Recientemente, la consellera de Interior y Seguridad Pública de la Generalitat de Cataluña, Núria Parlon, ha señalado que, de los cinco crímenes ocurridos en la región en la última semana, dos están claramente vinculados a problemas de salud mental. Estos casos, según Parlon, no fueron premeditados ni relacionados con actividades delictivas específicas, sino que reflejan patrones que afectan la estabilidad emocional y psicosocial de los implicados.
Parlon se refirió específicamente a los incidentes en Vilanova del Camí (Barcelona) y Sant Joan de les Fonts (Girona), donde existían vínculos de vecindad e incluso parentesco entre las víctimas y los agresores. Además, mencionó que otros crímenes recientes podrían estar relacionados con discusiones mal resueltas o el tráfico de drogas.
La consellera enfatizó que la solución a los casos derivados de problemas de salud mental no puede ser únicamente policial. Abogó por evitar el sensacionalismo y buscar soluciones integrales que permitan detectar y abordar estas situaciones de manera preventiva. Para ello, destacó la necesidad de incrementar los recursos en los ámbitos educativo y social, con el fin de concienciar y alertar sobre los desafíos relacionados con la salud mental.
Es importante reconocer que, aunque existe una percepción de aumento en las actitudes violentas desde la pandemia, esto no necesariamente implica un incremento en la peligrosidad social general. Sin embargo, estos incidentes resaltan la urgencia de abordar la salud mental como un componente esencial en la prevención de la violencia y la promoción de la seguridad comunitaria.