La vida de Taylor Swift se ha convertido en un constante equilibrio entre la fama y la seguridad.
A sus 35 años, la superestrella del pop vive uno de los momentos más exitosos de su carrera con The Eras Tour y su relación con el jugador de la NFL Travis Kelce, pero también uno de los más tensos en términos de seguridad.
Según reveló el diario The Sun, la cantante ha incrementado su gasto anual en protección personal a 8 millones de dólares, una cifra que refleja su creciente temor por su integridad física.
Fuentes cercanas aseguran que Taylor decidió aumentar en 2 millones su presupuesto destinado a seguridad tras una serie de incidentes preocupantes, entre ellos las reiteradas apariciones de un acosador frente a su residencia en Los Ángeles.
Así como el asesinato del activista político Charlie Kirk, suceso que — aunque no la involucra directamente— habría intensificado el ambiente de tensión y temor en su entorno.
EL ACOSADOR DE TAYLOR SWIFT
El caso de Brian Jason Wagner, un hombre de 45 años que afirmaba ser el padre del hijo de Swift, fue la gota que derramó el vaso.
El individuo se presentó varias veces en la puerta de su casa, lo que llevó al equipo legal de la cantante a solicitar una orden de alejamiento de cinco años. Según documentos judiciales citados por TMZ, Wagner tiene prohibido acercarse a menos de 100 metros de la artista, su vehículo o sus lugares de trabajo.
PROTOCOLO DE SEGURIDAD
Estos hechos han motivado a Swift a reforzar drásticamente su seguridad. El nuevo plan incluye la contratación de dos especialistas adicionales en protección de alto perfil, blindaje en los desplazamientos, monitoreo constante de su agenda y protocolos de acceso más estrictos tanto en conciertos como en apariciones públicas.
Además, en los partidos de la NFL donde apoya a Travis Kelce, su presencia ya no es tan visible como antes. Ha dejado atrás las entradas por el acceso principal o las celebraciones frente a las cámaras.









