Examinan la medida que permitiría al gobierno entrante usar activos militares para detener y expulsar a migrantes.
La administración entrante de Donald Trump, está explorando estrategias para cumplir con una de sus promesas de campaña más controvertidas: la deportación masiva de inmigrantes indocumentados.
Como parte de estos planes, el círculo cercano de Trump considera una posible declaración de emergencia nacional, lo cual permitiría que el gobierno reutilice recursos y activos militares para llevar a cabo detenciones y expulsiones a gran escala.
Esta discusión, que comenzó antes de las elecciones y continúa tras su victoria, también incluye posibles ajustes en políticas migratorias para facilitar un aumento en las deportaciones.
Además, los asesores y aliados de Trump están evaluando métodos de financiamiento para estos esfuerzos, una tarea que implicaría tanto recursos logísticos como financieros significativos.
Este enfoque ha generado preocupación entre diversos sectores, que advierten sobre las posibles implicaciones legales y humanitarias de una iniciativa de este tipo, además de los desafíos para implementar un plan de esta magnitud.