El país registra 884 casos confirmados en lo que va del año; Texas concentra el brote más grave.
Estados Unidos enfrenta un repunte preocupante de sarampión, con 884 casos confirmados hasta el viernes, cifra que triplica el total registrado en todo 2024. El brote principal se concentra en Texas, donde se han reportado 663 infecciones distribuidas en 26 condados.
La mayoría se originaron en el condado de Gaines, una comunidad menonita con baja cobertura de vacunación. El brote en Texas ha resultado mortal, con el fallecimiento de dos menores no vacunados por complicaciones derivadas del virus.
Uno de los decesos ocurrió el 3 de abril, cuando un niño de ocho años murió por insuficiencia pulmonar, mientras que otro menor falleció a finales de febrero. Además, un adulto sin vacunar murió en Nuevo México el 6 de marzo.
El sarampión, una enfermedad altamente contagiosa, se transmite por el aire y puede causar complicaciones graves, como neumonía, ceguera y encefalitis.
A pesar de que fue declarado eliminado en Estados Unidos en el año 2000, su reaparición refleja una preocupante caída en las tasas de vacunación infantil desde la pandemia de COVID-19.
Ocho estados enfrentan brotes activos, definidos por los CDC como aquellos con tres o más casos: Indiana, Kansas, Michigan, Montana, Ohio, Oklahoma, Pensilvania y Tennessee.
En Nuevo México se han confirmado 66 casos, la mayoría vinculados genéticamente al brote texano, mientras que Kansas mantiene 37 casos distribuidos en ocho condados.
A nivel internacional, América del Norte también reporta brotes serios. Ontario, Canadá, ha registrado 1.020 casos desde octubre, y el estado mexicano de Chihuahua suma 761, incluida una muerte.
La Organización Mundial de la Salud ha vinculado estos contagios al brote original de Texas, lo que subraya la dimensión regional del problema. La vacuna triple viral (SPR) sigue siendo la mejor defensa contra el sarampión.
Se recomienda su aplicación en dos dosis: la primera entre los 12 y 15 meses, y la segunda entre los 4 y 6 años. Los CDC recalcan que recibir una dosis adicional no representa un riesgo y podría reforzar la inmunidad en adultos que no están seguros de su estado vacunal.
La propagación del virus preocupa a los expertos, quienes temen que la transmisión se mantenga durante todo el año si no se fortalecen las tasas de inmunización.
En lugares con cobertura superior al 95%, el sarampión tiene pocas posibilidades de expandirse gracias a la inmunidad de grupo. Sin embargo, las crecientes exenciones por motivos personales están debilitando esta barrera comunitaria.










