En medio de la crisis hídrica que afecta a México debido a la sobreexplotación y contaminación de los recursos acuíferos, Aguascalientes emerge como un ejemplo de gestión eficiente del agua.
Según cifras del INEGI y el Banco Mundial, el país enfrenta una disminución preocupante en la disponibilidad de agua per cápita, pero Aguascalientes se destaca con una cobertura excepcional.
Mientras la disponibilidad de agua en México ha disminuido de 10,000 m3 anuales per cápita en 1960 a 4,000 en 2012, y se proyecta un descenso a menos de 3,000 m3 para 2030, Aguascalientes brilla con un 99.1% de cobertura de agua potable y un 93.7% de suministro diario, según la última Encuesta Nacional de los Hogares.
Este logro es aún más notorio considerando que Aguascalientes ha avanzado del cuarto al octavo lugar en el índice de estrés hídrico a nivel nacional, gracias a sus esfuerzos por mejorar la eficiencia operativa del servicio en una región semiárida.
Sin embargo, a pesar de estos logros, ciertas organizaciones civiles expresan inquietudes acerca de posibles cambios en la forma de distribución del agua en la ciudad. Señalan que, después de tres décadas de éxito en la gestión del recurso, podría haber planes que podrían causar escasez y desabastecimiento de agua en la población.
En este contexto, hacen un llamado a las autoridades estatales y municipales, incluyendo a la gobernadora María Teresa Jiménez Esquivel y al presidente municipal Leonardo Montañez Castro, para que reconsideren sus planes en torno al suministro de agua.
Este debate surge justo antes de que termine el título de concesión de una empresa internacional que brinda el servicio de agua en el municipio de Aguascalientes. La gestión eficiente y sostenible de los recursos hídricos ha contribuido tanto al bienestar de la comunidad como a la preservación del entorno, y la comunidad pide que estos logros no se vean comprometidos.