La Selección Mexicana de fútbol vivió un regreso amargo a su país tras casi un año sin disputar partidos en territorio nacional. En un amistoso contra el Valencia, celebrado en el Estadio Cuauhtémoc de Puebla, el equipo dirigido por Javier Aguirre se encontró con un escenario desolador.
Este partido marcaba el retorno del equipo después de 11 meses, ya que la última vez que jugaron en suelo mexicano fue el 21 de noviembre de 2023. En esa ocasión, México logró un agónico triunfo en penales contra Honduras, asegurando su participación en la Copa. América 2024. Sin embargo, el desempeño en ese torneo dejó mucho que desear. El Tri fue eliminado de manera temprana en la fase de grupos, quedando detrás de selecciones como Jamaica, Venezuela y Ecuador. Esa eliminación dejó una herida abierta entre los aficionados, quienes esperaban una actuación mucho más.
La falta de respuesta de la afición se evidencia con claridad en este reciente amistoso. Aunque el Estadio Cuauhtémoc tiene una capacidad para más de 50 mil espectadores, las entradas fueron extremadamente bajas, y las imágenes previas al inicio del partido mostraron secciones completas del estadio prácticamente vacías. Este distanciamiento del público parece estar motivado no solo por los resultados recientes, sino también por una creciente sensación de apatía y desilusión.
Además, el partido contra el Valencia, que en teoría debería haber sido una oportunidad para reconectar con la afición local, terminó siendo un evento sombrío debido a la baja asistencia. A pesar de la notoriedad del equipo europeo y la expectativa de ver un juego competitivo, los aficionados no respondieron como se esperaba.