La contaminación que enfrenta el mundo no es únicamente de tipo viral; también existe una creciente saturación de información falsa que circula en redes sociales, la cual puede distorsionar la verdad e incluso poner vidas en riesgo, advirtió David Montes Mireles, especialista en Informática y Sistemas.
Explicó que, aunque el propósito original de las redes sociales es facilitar la comunicación, su uso con fines maliciosos como la desinformación, manipulación o agresión se ha vuelto cada vez más común.
“Hoy es frecuente recibir mensajes por WhatsApp sin saber si son ciertos o no. Incluso la Organización Mundial de la Salud ha desmentido rumores y alertado sobre el peligro de compartir contenido no verificado”, señaló.
El especialista destacó la importancia de aprender a diferenciar entre contenido verdadero y falso, sobre todo en temas sensibles como salud y política, donde la manipulación puede generar miedo, desinformación y decisiones equivocadas.
Finalmente, subrayó que combatir la desinformación es una responsabilidad compartida, similar a detener una cadena de contagios. “La información falsa también se propaga y puede dañar a muchas personas si no se detiene a tiempo”, concluyó.
