A un día de reunirse con Vladimir Putin, Donald Trump declaró que solo una cumbre tripartita con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski podría poner fin a la guerra en Ucrania, incluso con un posible “reparto” territorial. El expresidente, que viajará a Alaska para el encuentro con el líder ruso, estimó en un 25% el riesgo de que la reunión fracase.
Kiev y sus aliados temen que Trump y Putin negocien un rediseño del mapa europeo sin la aprobación de Zelenski. El mandatario ucraniano, de visita en Londres, sostuvo un encuentro con el primer ministro británico, Keir Starmer, para reforzar el apoyo internacional a su país y rechazar cualquier cesión territorial.
Según el Kremlin, la reunión en Alaska abordará la crisis ucraniana y la cooperación bilateral, y culminará con una conferencia de prensa conjunta. Mientras tanto, en el frente de batalla, Rusia logró avances en Donetsk, y Ucrania respondió con el lanzamiento de decenas de drones contra objetivos en territorio ruso.
Moscú exige la anexión de cinco regiones ucranianas y el fin del suministro de armas occidentales, condiciones que Kiev considera inaceptables. En paralelo, ambas naciones llevaron a cabo un nuevo intercambio de prisioneros, liberando a 84 soldados de cada bando, en uno de los pocos gestos de distensión en medio del conflicto.
Desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, más de 14 millones de ucranianos se han visto obligados a abandonar sus hogares, generando la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. La comunidad internacional se mantiene dividida: mientras Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN respaldan militarmente a Ucrania, países como China, India y Brasil han optado por posiciones más neutrales.
Trump, quien busca recuperar la presidencia, ha prometido poner fin a la guerra “en 24 horas” si gana las elecciones, aunque sus críticos lo acusan de estar dispuesto a hacer concesiones peligrosas a Moscú. Analistas señalan que un acuerdo que incluya cambios fronterizos sentaría un precedente que podría alentar a otros países a modificar límites territoriales por la fuerza.
Por su parte, Putin llega a la cita con ventaja en el terreno militar y con el respaldo de alianzas estratégicas con Irán y Corea del Norte, que han fortalecido su capacidad bélica. Sin embargo, las sanciones económicas occidentales han golpeado su economía, forzándolo a buscar salidas diplomáticas que no lo dejen en posición de debilidad ante su población.