A sus 40 años, Guillermo Ochoa enfrenta lo que podría ser su última gran batalla como futbolista: mantenerse en la élite para disputar su sexto Mundial y hacer historia junto a leyendas como Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, quienes también aspiran a esa marca.
Aunque ha aceptado un rol secundario en la Selección Mexicana, su experiencia y liderazgo siguen siendo valorados, especialmente tras los recientes errores de Luis Ángel Malagón y Raúl “Tala” Rangel. Ochoa quiere al menos disputar un partido en el Mundial conjunto de México, Estados Unidos y Canadá 2026, y así se lo expresó a Javier Aguirre, quien lo ve como guía de la nueva generación de porteros.
Sin embargo, el técnico nacional fue claro: si Memo no acumula al menos 1,000 minutos de juego con su próximo equipo, no será considerado para la lista final. Así lo advirtió tras la salida del equipo de la Copa Oro.
Busca equipo a contrarreloj
Ante esta condición, Ochoa y su representante ya están en movimiento. Uno de los clubes que sondearon fue Pumas, que en un inicio no descartó la posibilidad debido a su perfil internacional. No obstante, Efraín Juárez, directivo del club, se opuso, argumentando que su llegada podría romper el proyecto de identidad con la afición y afectar la continuidad de jóvenes como Pablo Lara y Rodrigo Parra, quienes han cometido errores, pero forman parte del plan de desarrollo del club.
Pumas terminó apostando por la contratación de Keylor Navas, descartando la opción de fichar a Ochoa.
Tras otras dos gestiones infructuosas, la opción más viable para el arquero mexicano sería unirse al Portimonense de la Segunda División de Portugal, donde podría tener actividad como titular indiscutible. El portero tiene hasta el 30 de agosto para concretar su llegada a un equipo europeo.
Apreciado dentro del vestidor
Fuentes cercanas a la Selección aseguran que Ochoa sigue siendo una figura positiva e influyente en el vestidor. “Si fuera por Aguirre, lo llevaría con los ojos cerrados. Cree mucho en él y ha sido humilde con el rol que tiene ahora. Pero el técnico también quiere ser justo y protegerse de las críticas; necesita que Ochoa llegue con ritmo”, señalaron.
Pese a no haber jugado un solo minuto en la pasada Copa Oro, Memo fue el más solicitado por los aficionados. Con su distintivo look de gafas y melena larga, atendió con amabilidad a quienes lo buscaban. Su respaldo emocional a porteros como Malagón y Rangel fue valorado por el cuerpo técnico, especialmente por el auxiliar Rafael Márquez.
La cuenta regresiva ha comenzado
Memo Ochoa tiene el tiempo en contra, pero también una oportunidad única de cerrar su carrera con broche de oro. Si logra sumar los minutos necesarios, podría convertirse en el primer portero en disputar seis Copas del Mundo, consolidándose como un ícono histórico del fútbol internacional.