El FC Barcelona ha confirmado oficialmente que Lamine Yamal portará el mítico número 10 del primer equipo, en sustitución de Ansu Fati, cedido al AS Mónaco. En un acto privado celebrado en las oficinas del club y acompañado por su familia, el joven atacante también celebró su renovación de contrato hasta el año 2031, lo que lo consolida como una de las mayores promesas del club blaugrana.
La noticia fue anunciada a través de redes sociales y mediante un mural conmemorativo en Rocafonda, su barrio en Mataró, donde se representa al jugador junto al número 10, cargado de simbolismo tras haber sido lucido previamente por leyendas como Leo Messi. En el evento participaron directivos del club, encabezados por el presidente Joan Laporta, así como un grupo de aficionados que se acercaron al Spotify Camp Nou para ver al joven prodigio.
Yamal posó por primera vez con su nueva camiseta en la Barça Botiga del Boulevard, lo que marcó el inicio de una nueva etapa en su carrera. A pesar de las altas expectativas, el futbolista afirmó que no siente presión y que su principal motivación es “seguir disfrutando y ayudar al equipo a ganar la Champions League”. Reconoció que la renovación representa un gran paso en su carrera y expresó su deseo de “vivir un camino largo lleno de victorias”.
No obstante, el jugador también ha estado en el centro de la atención mediática por un motivo extradeportivo. Durante la celebración de su cumpleaños número 18, organizó una fiesta que incluyó animadores con enanismo, lo que provocó la intervención del Ministerio de Derechos Sociales de España, que pidió una investigación a la fiscalía tras una denuncia de la Asociación para Personas con Acondroplasia y Otras Displasias Esqueléticas (ADEE).
Pese a la polémica, el enfoque del club y del jugador sigue centrado en el futuro deportivo. Lamine Yamal se perfila como la gran esperanza de la cantera culé y ahora tendrá el reto de honrar un dorsal cargado de historia, con el objetivo de conquistar títulos nacionales e internacionales.