Jannik Sinner firmó una página histórica para el tenis italiano al derrotar a Carlos Alcaraz y conquistar su primer título de Wimbledon, convirtiéndose en el nuevo monarca de la catedral del tenis. Sinner, actual número uno del mundo, cobró revancha de la final de Roland Garros de hace un mes, donde el español lo había superado en un dramático duelo a cinco sets. Esta vez, sobre el césped del All England Club, Sinner se impuso con autoridad por 4-6, 6-4, 6-4 y 6-4, cortando así la racha de Alcaraz, quien aspiraba a levantar su tercer trofeo consecutivo en la hierba londinense.
El partido arrancó con un primer set favorable a Alcaraz, que logró reponerse tras ceder su saque temprano, pero Sinner encontró la fórmula para incomodar al murciano desde el segundo parcial. Pese a jugar vendado del brazo derecho por molestias en el codo, el italiano mostró temple, potencia y una lectura impecable de juego que terminaron minando la confianza del español. El servicio de Alcaraz, clave en sus grandes noches, le falló en momentos determinantes y las dobles faltas terminaron por condenarlo.
Con solo 24 años, Sinner ya suma cuatro títulos de Grand Slam: dos Abiertos de Australia, un US Open y ahora su primer Wimbledon, consolidándose como el gran rival de Alcaraz en la nueva era del tenis. Para el español, la derrota significa su primera caída en una final de Grand Slam tras haber ganado las cinco anteriores que disputó, un dato que confirma la magnitud de este nuevo clásico.
En las gradas, los aficionados vivieron un partido vibrante dividido entre los “¡Vamos Carlos!” y los “Forza Jan!”, reflejo de una rivalidad que apenas comienza a escribir capítulos inolvidables. Sinner levanta su trofeo más simbólico, se afianza como número uno del mundo y manda un mensaje claro: el trono de la hierba ahora le pertenece.