Autoridades confirman la cifra, continúan la búsqueda de desaparecidos. Campamentos de verano, duramente golpeados por la crecida del río Guadalupe, son cuestionados por no evacuar pese a alertas previas.
KERRVILLE, TX.- El número de muertos por las devastadoras inundaciones registradas durante el fin de semana del 4 de julio en Texas ascendió este lunes a 109, mientras continúan las labores de búsqueda de personas desaparecidas, especialmente en la región de Hill Country, una zona conocida por su vulnerabilidad a inundaciones repentinas.
Tan solo en el condado de Kerr —uno de los más afectados— se han recuperado 84 cuerpos, incluidos 28 menores de edad, según informaron autoridades locales.
Gran parte de las víctimas se encontraban en campamentos de verano ubicados a orillas del río Guadalupe, entre ellos el conocido Camp Mystic, que confirmó la muerte de 27 campistas y consejeros.
El desastre ha sido catalogado como una de las peores inundaciones repentinas en décadas. Una súbita crecida del río arrasó con viviendas, remolques y cabañas en plena madrugada del viernes, sorprendiendo a muchas personas mientras dormían.
Decenas de sobrevivientes fueron arrastrados por la corriente y algunos lograron salvarse aferrándose a árboles o alcanzando zonas elevadas.
El panorama es desolador: colchones, refrigeradores, canoas, retratos familiares y muebles flotan entre ramas y troncos acumulados en las orillas del río. Además de Kerr, se reportaron víctimas mortales en los condados de Travis, Burnet, Kendall, Tom Green y Williamson.
CUESTIONAN RESPUESTA ANTE ALERTAS PREVIAS
Las autoridades estatales y locales han prometido abrir una investigación sobre la eficacia del sistema de alertas, así como la aparente falta de evacuación en varios campamentos, pese a las advertencias del Servicio Meteorológico Nacional (NWS) emitidas desde el jueves anterior.
El administrador municipal de Kerrville, Dalton Rice, reconoció que muchos campamentos están en zonas con mala cobertura celular, lo que pudo limitar la recepción de avisos urgentes.
No obstante, algunos centros sí actuaron de manera preventiva y trasladaron a sus campistas a terrenos altos. El senador republicano Ted Cruz pidió evitar politizar la tragedia, pero reconoció que habrá que aprender lecciones para futuras emergencias.
Por su parte, el presidente Donald Trump, quien declaró zona de desastre al condado Kerr, descartó reinstalar a los meteorólogos federales despedidos este año. “Nadie esperaba algo así, ocurrió en segundos”, dijo.