Irán realizó este sábado funerales de Estado para cerca de sesenta altos mandos militares y científicos que perdieron la vida durante los doce días de conflicto armado con Israel, un episodio que reavivó la tensión regional y dejó centenares de víctimas. El ministro de Relaciones Exteriores, Abás Araqchi, destacó la resistencia de la nación persa asegurando que “los iraníes dieron su sangre, no su tierra”, en referencia a los bombardeos y la ofensiva israelí que buscaba frenar el programa nuclear iraní.
Las imágenes transmitidas por la televisión estatal mostraron extensas procesiones fúnebres en Teherán, donde miles de ciudadanos marcharon desde la plaza Enghelab hasta la plaza Azadi portando ataúdes cubiertos con banderas iraníes y retratos de los comandantes caídos. Entre los presentes destacaron el presidente Masud Pezeshkian y altos mandos como Esmail Qaani, jefe de la Fuerza Al Quds, y Ali Shamkhani, asesor del líder supremo Ali Jamenei, quien apareció visiblemente herido.
Durante la multitudinaria ceremonia, los asistentes corearon consignas contra Israel y Estados Unidos, ondearon banderas y portaron pancartas con frases como “Boom boom Tel Aviv”, en alusión a los misiles lanzados durante la guerra. Réplicas de misiles y banderas israelíes y estadounidenses fueron pisoteadas por los presentes, simbolizando el rechazo popular a la intervención extranjera.
El conflicto, iniciado el 13 de junio tras el ataque israelí a instalaciones nucleares iraníes, dejó un saldo de al menos 627 civiles muertos y cerca de 4,900 heridos, según cifras del Ministerio de Salud iraní. Los bombardeos estadounidenses del 22 de junio a tres plantas nucleares intensificaron la escalada, aunque Washington justificó la ofensiva como parte de su estrategia para impedir que Irán adquiera armas atómicas, algo que Teherán sigue negando.
Entre los muertos figura Mohamad Baqeri, máximo responsable de las fuerzas armadas iraníes y del programa balístico, quien será enterrado junto a su familia. La posible asistencia del líder supremo Jamenei a los funerales no fue confirmada oficialmente, aunque su influencia en la respuesta iraní es indiscutible.
Mientras tanto, el expresidente Donald Trump celebró públicamente los ataques, asegurando que dio una “paliza” a Irán y que salvó a Jamenei de “una muerte muy fea e ignominiosa”, declaraciones que provocaron la inmediata condena de Araqchi, quien exigió respeto al líder religioso y llamó a Washington a retomar las negociaciones nucleares desde una postura menos ofensiva.
Con las conversaciones estancadas y el ambiente cargado de tensión, Irán reafirma su derecho a mantener un programa nuclear civil, mientras promete honrar la memoria de sus “mártires” y defender su soberanía frente a cualquier nueva agresión.