En un gesto simbólico y político, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acudió este domingo al Muro de los Lamentos en Jerusalén junto a su esposa, Sara Netanyahu, para orar por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, luego de que Washington lanzara una serie de bombardeos contra instalaciones nucleares en Irán. La visita ocurrió horas después de la ofensiva, ejecutada en coordinación con Israel como respuesta al aumento de tensiones militares con Teherán.
Durante su oración, Netanyahu pidió por la seguridad del pueblo israelí, de los soldados desplegados y de los ciudadanos secuestrados en Gaza, al tiempo que agradeció públicamente el respaldo del presidente estadounidense, a quien calificó como un “aliado firme” en uno de los momentos más delicados de seguridad para el Estado hebreo. En sus declaraciones posteriores, afirmó que el apoyo militar estadounidense ha sido crucial para neutralizar amenazas contra las principales ciudades del país.
La madrugada del domingo, Estados Unidos atacó tres instalaciones clave del programa nuclear iraní, marcando una escalada significativa en el conflicto regional. Desde la Casa Blanca, Trump advirtió que, de no alcanzarse un acuerdo de paz, podrían llevarse a cabo nuevas acciones militares, elevando la presión sobre Teherán. Por el momento, las autoridades iraníes no han emitido una respuesta formal, aunque se mantienen en alerta y con presencia militar reforzada en puntos estratégicos.
Analistas internacionales advierten que estos ataques podrían desencadenar una desestabilización aún mayor en Medio Oriente, al involucrar de forma directa a Washington en el conflicto entre Israel e Irán. El temor se centra en una posible reacción iraní que comprometa la estabilidad de la región y provoque un efecto dominó en otras potencias involucradas en la diplomacia nuclear.
En tanto, Israel ha elevado su nivel de seguridad nacional y exhorta a la población a mantener la calma ante la posibilidad de represalias. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de esta crisis, a la espera de que las partes involucradas apuesten por el diálogo antes de una escalada irreversible.