Transportistas alertan impacto de nueva política migratoria estadounidense sobre choferes con visa B1.
Operadores de tráileres con visa B1 ya comienzan a verse afectados por una política migratoria más estricta del gobierno de Estados Unidos, que exige el dominio funcional del idioma inglés para conductores de vehículos comerciales que ingresan más allá de la zona fronteriza.
Aunque la medida entró en vigor en mayo mediante una orden ejecutiva federal, ha sido en la primera quincena de junio cuando se han registrado las primeras repatriaciones a través del Puente Internacional II.
Autoridades estadounidenses han cancelado visas a conductores al considerar que no cumplen con el nivel requerido del idioma para garantizar una comunicación eficaz con oficiales migratorios, agentes fronterizos y personal en estaciones de control.
“Algunos operadores ya han sido retornados por no poder comunicarse con claridad. Es una exigencia que consideramos desproporcionada”, comentó Carlos Fernández, presidente de la Asociación de Transportistas de Carga (ATC) en Nuevo Laredo.
“Estamos trabajando en preparar a nuestros operadores mediante cursos de inglés, aunque muchos ya comprenden el idioma a un nivel básico”.
La norma requiere que los operadores puedan leer señales de tránsito, seguir instrucciones verbales de autoridades estadounidenses y expresarse con claridad en inspecciones y retenes.
No cumplir con este estándar puede derivar en la cancelación inmediata de la visa B1 y el retorno del conductor a territorio mexicano.
En Nuevo Laredo, se estima que existen cerca de 15 mil operadores de transfer, dedicados a realizar cruces fronterizos. De ellos, apenas un 30% podría cumplir con el requisito de hablar inglés con fluidez, según estimaciones del sector.
Aunque todavía no hay cifras oficiales del número de conductores afectados, el gremio transportista advierte que los efectos podrían escalar hacia el cierre de mes, conforme avance la aplicación de esta política en los cruces de carga.