Las variaciones eléctricas y el desperdicio de agua comprometen el suministro del vital líquido en plena sequía.
La Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) enfrenta una crítica situación en el suministro de agua potable, provocada por la alta demanda eléctrica y el uso excesivo del vital líquido.
Cisternas vacías, sistemas sobrecargados que provocan fallas en la red de distribución son algunos de los efectos inmediatos de este doble problema que ya se presenta incluso antes del inicio formal del verano.
Silvia Fernández, gerente general de Comapa, lanzó un fuerte llamado a la ciudadanía para hacer conciencia sobre el uso responsable tanto del agua como de la energía eléctrica, ya que ambos factores están directamente ligados al funcionamiento del sistema de distribución.
“Estamos en sequía, en semáforo rojo, y pese a la constante difusión sobre la necesidad de cuidar el agua, no lo estamos haciendo”, lamentó Fernández. Señaló que el alto consumo eléctrico, sumado al desperdicio de agua, provoca que las cisternas se vacíen más rápido de lo que pueden llenarse, afectando el servicio a miles de usuarios.
Dijo que esa situación de sobre demanda se observó el pasado 1 de mayo, cuando debido al día inhábil y a la suspensión de clases, el consumo de luz se mantuvo elevado durante todo el día.
“Desde las 10 de la mañana tuvimos todos los equipos operando sin descanso, lo que genera variaciones en el sistema eléctrico que terminan afectando la distribución de agua potable”, explicó la gerente.
Fernández enfatizó que esta alta demanda energética suele presentarse solo durante el verano, pero este año se ha adelantado a la primavera, un fenómeno que preocupa debido al estrés que genera en los sistemas de bombeo y distribución.
Aunque la Comisión Federal de Electricidad (CFE) está preparada para atender estas situaciones, advirtió que cualquier eventualidad menor —como el paso de aves sobre las líneas eléctricas o un viento fuerte que afecte un poste— puede causar variaciones eléctricas con consecuencias directas en el suministro de agua.
“El llamado es claro: almacenemos agua para nuestras actividades diarias básicas, no para lavar patios o mojarnos por el calor. Entendemos las altas temperaturas, pero debemos ser responsables y cuidar el agua”, insistió.
La gerente recalcó que una sola persona puede llegar a consumir el equivalente a un tinaco completo, aproximadamente 600 litros por día. “Tenemos que entender que el agua no es un recurso renovable inmediato. Gota que desperdiciamos, gota que no recuperamos”, concluyó.