El gobierno de Estados Unidos comenzó a implementar este viernes la medida. Abogados y defensores de inmigrantes advierten sobre posibles consecuencias legales y temores de deportación.
TEXAS.- A partir de este viernes, todas las personas que residen en Estados Unidos sin un estatus migratorio legal deberán registrarse ante el gobierno federal, según una medida que fue avalada por el juez federal Trevor Neil McFadden el pasado jueves.
La decisión marca un nuevo capítulo en la política migratoria estadounidense y ha generado preocupación entre millones de inmigrantes.
El gobierno argumentó ante la corte que esta medida no introduce una nueva ley, sino que refuerza un requerimiento ya existente: la obligación de toda persona que no sea ciudadana estadounidense de registrarse ante las autoridades federales.
El juez McFadden coincidió con esa postura, permitiendo que la medida entre en vigor de inmediato. El proceso de registro incluye la entrega de huellas dactilares, dirección de residencia y otros datos personales.
En el caso de menores de 14 años, serán los padres o tutores legales quienes deberán encargarse del trámite. El incumplimiento de esta obligación podría acarrear sanciones, incluyendo multas que podrían ascender a miles de dólares.
Abogados especializados en inmigración han advertido que la información recopilada podrá ser utilizada a discreción por agentes migratorios.
Aunque el gobierno no ha detallado cómo se gestionarán estos datos, existe la posibilidad de que se empleen para determinar prioridades en procesos de deportación.
Organizaciones pro-inmigrantes han manifestado su preocupación por la medida, argumentando que generará un clima de temor e incertidumbre en las comunidades afectadas.
“Muchos tendrán miedo de registrarse, pero no hacerlo también podría ponerlos en riesgo”, señaló Marisol García, directora de la Coalición Nacional de Apoyo al Inmigrante. Mientras tanto, expertos recomiendan a las personas afectadas buscar asesoría legal antes de registrarse.