Este miércoles 9 de abril, el exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba, fue deportado por Estados Unidos y entregado a las autoridades mexicanas en la frontera entre San Diego y Tijuana. Tras su llegada a la Ciudad de México, quedó bajo custodia de la Fiscalía General de la República (FGR), que lo trasladó al penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México, donde se determinará su situación legal.
Yarrington, quien fue gobernador por el PRI entre 1999 y 2004, es investigado en México por delitos de lavado de dinero, delincuencia organizada y vínculos con el crimen organizado. Se le acusa de haber facilitado las operaciones del Cártel del Golfo y de haber protegido a su brazo armado, Los Zetas, durante su gestión. La investigación en su contra comenzó formalmente en 2009, tras la denuncia de un testigo protegido que lo señaló como colaborador del cártel.
El exmandatario fue arrestado en 2017 en Florencia, Italia, y extraditado a Estados Unidos al año siguiente. En 2021, se declaró culpable de aceptar sobornos de empresarios cuando era gobernador, lo que le valió una condena de nueve años de prisión. No obstante, fue liberado en 2024 y, meses después, deportado a México.
Su regreso ocurre luego de que México deportara recientemente a 29 líderes criminales solicitados por Estados Unidos, entre ellos dos cabecillas de Los Zetas, lo que marcó una intensificación en la cooperación bilateral en materia de justicia. Aunque en enero de 2024 el gobierno mexicano pidió su extradición formalmente, el proceso se estancó por fallas en el expediente presentado.
Yarrington enfrentará ahora cargos pendientes en territorio nacional, en un caso que revive la atención sobre los presuntos vínculos entre el poder político y el crimen organizado en México.