El gobierno de España ha aprobado una nueva ley que permitirá realizar pruebas de alcoholemia en centros educativos, con el objetivo de retrasar la edad de inicio en el consumo de alcohol y reducir los episodios de consumo intensivo, conocidos como binge drinking. Esta normativa, aprobada por el Consejo de Ministros, busca unificar las medidas dispersas en distintas comunidades autónomas y proteger la salud de los menores. La ministra de Sanidad, Mónica García, destacó que la ley representa un esfuerzo decidido para prevenir el consumo de alcohol entre los jóvenes, una problemática que ha ido en aumento en los últimos años.
En España, la edad legal para consumir alcohol es de 18 años, pero estudios del Ministerio de Sanidad indican que la edad promedio de inicio es de 14 años. Ante esta situación, la ley establece controles más estrictos, como la prohibición del consumo de alcohol en las calles y cerca de centros educativos, restricciones severas a la publicidad dirigida a menores, y la creación de zonas libres de alcohol en áreas frecuentadas por jóvenes. Además, se contempla un incremento en los precios de las bebidas alcohólicas como medida disuasoria. Las pruebas de alcoholemia en las escuelas se realizarán de manera aleatoria y con el consentimiento de los tutores legales.
La Sociedad Española para el Estudio del Hígado (AEEH) ha celebrado la aprobación de la ley, aunque insiste en la necesidad de implementar más medidas, como el etiquetado de advertencia en las bebidas alcohólicas, similar al que ya se utiliza en el tabaco. Este tipo de advertencias ya se han implementado en Irlanda, donde desde 2023 las etiquetas informan sobre los riesgos de enfermedades hepáticas, cáncer y el contenido calórico del producto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda esta iniciativa y ha instado a otros países a adoptarla.
El contexto europeo también refleja la gravedad del problema. Según el informe de la OMS de 2023, Europa es la región con mayor consumo de alcohol per cápita en el mundo, con un promedio de 9.2 litros por persona al año, mientras que España supera esa cifra con 11 litros. Cada año, aproximadamente 300,000 europeos mueren prematuramente por enfermedades hepáticas relacionadas con el alcohol, siendo esta la segunda causa de años laborales perdidos en el continente. Los expertos advierten que cada vez más jóvenes presentan afecciones graves como cirrosis y cáncer de hígado, problemas que antes eran raros en personas menores de 30 años.
El éxito de esta ley podría replicar el impacto positivo de la Ley Antitabaco, que desde su implementación en 2006 y su endurecimiento en 2011, redujo significativamente el número de fumadores y la exposición al humo en espacios públicos. Los especialistas consideran que una estrategia similar aplicada al alcohol puede disminuir su consumo entre los jóvenes y, a largo plazo, mejorar la salud pública en España.