Más de 2,500 migrantes partieron de Tapachula, Chiapas, en una nueva caravana con la meta de llegar a la frontera norte antes del 20 de enero, fecha en la que Donald Trump asumirá nuevamente la presidencia de Estados Unidos. Esta movilización, la primera del año, responde a la negativa del Instituto Nacional de Migración (INM) de otorgarles documentos de tránsito.
Desde la tarde del 1 de enero, los migrantes se concentraron en el parque Bicentenario, organizados por el activista Luis García Villagrán del Centro de Dignificación Humana. Según Villagrán, el INM no solo negó los permisos, sino que ofreció traslados a ciudades del sureste que no califican para el sistema CBP-ONE, utilizado para gestionar citas de ingreso a EE. UU.
Los migrantes, en su mayoría de origen centroamericano y sudamericano, enfrentan escasez de dinero y largos periodos de espera debido a la saturación de la plataforma CBP-ONE. En su trayecto hacia el norte, la caravana pasó la primera noche en Huehuetán y dejó claro que no aceptará traslados a ciudades que no apoyen su objetivo de llegar a la frontera.
Villagrán denunció un engaño sistemático por parte del INM, señalando además las marcadas diferencias en las cifras de deportaciones entre los gobiernos de Joe Biden y Donald Trump. Mientras el primero deportó a más de 4 millones de personas, el segundo alcanzó cerca de 1 millón durante un periodo similar.