Jennifer Lopez y Ben Affleck han puesto fin a su matrimonio, nuevamente, tras dos años de lo que parecía un cuento de hadas. Ayer, la famosa cantante y actriz acudió personalmente a la corte para iniciar los trámites de divorcio, sin intermediarios, mostrando una decisión firme de cerrar este capítulo en su vida.
La pareja, que reavivó su romance en 2021, se casó en Las Vegas el 16 de julio de 2022, y tuvo una ceremonia tradicional en Georgia un mes después. Sin embargo, según documentos obtenidos por TMZ, la separación oficial ocurrió el 26 de abril de 2024, antes de que JLo viajara a la Ciudad de México para promover su película «Atlas». Durante ese viaje, un comentario de un reportero sobre su relación generó incomodidad, lo que ya anticipaba el final inminente.
Uno de los detalles más reveladores es que Bennifer no firmó un acuerdo prenupcial, lo que indica que ambos creían estar en una relación para toda la vida. Al no existir este acuerdo, los bienes, contratos y ganancias que cada uno adquirió durante el matrimonio permanecerán intactos, sin necesidad de repartirlos.
En su demanda, Jennifer renunció a la manutención conyugal y pidió que Ben hiciera lo mismo, dejando claro que no busca ninguna compensación económica y que desea cortar definitivamente cualquier lazo con él. Aunque los acuerdos económicos entre ellos aún están en proceso, las negociaciones han sido tensas, y según fuentes de TMZ, la comunicación entre ambos es mínima.
Como parte de este proceso, la pareja ha puesto a la venta su mansión en Beverly Hills por 68 millones de dólares, y varios coleccionistas y curadores han adquirido las obras de arte que decoraban su hogar. Mientras tanto, Ben compró una nueva propiedad en Brentwood por 20 millones de dólares, y Jennifer está en la búsqueda de su propia residencia en Beverly Hills.
Este divorcio marca el cuarto fracaso matrimonial para Lopez, quien anteriormente estuvo casada con Ojani Noa, Cris Judd y Marc Anthony, y el segundo para Affleck, después de su matrimonio con Jennifer Garner. Aunque la historia de Bennifer comenzó con gran pasión en 2001 durante el rodaje de «Gigli», y tras su separación en 2004, parecía que el destino les había dado una segunda oportunidad, su relación no logró superar las diferencias.
A pesar de los intentos de Jennifer por salvar su matrimonio, las diferencias irreconciliables resultaron ser demasiado, dejando un amargo sabor de desilusión. Aunque los representantes de la pareja han evitado hacer comentarios, se espera que pronto emitan un comunicado conjunto anunciando oficialmente su divorcio.
Así, el romance que inspiró el álbum de Jennifer «This Is Me… Now» y que mantuvo a sus seguidores al borde del asiento, llega a su fin, confirmando que, para Bennifer, el final feliz no fue posible, una vez más.