Osmar Olvera se ha consagrado como uno de los grandes exponentes de los clavados mexicanos en los Juegos Olímpicos de París 2024, al igualar una hazaña que llevaba más de 70 años sin repetirse. Al ganar dos medallas en una sola edición de los Juegos Olímpicos, Olvera sigue los pasos del legendario Joaquín Capilla, quien en Helsinki 1952 se convirtió en el primer clavadista mexicano en lograr esta proeza.
Olvera inició su participación en París con una brillante actuación en la prueba de trampolín de 3 metros sincronizados, donde, junto a su compañero Juan Celaya, obtuvo la medalla de plata. Este logro ya lo colocaba entre los grandes nombres del deporte mexicano, pero el joven clavadista no se detuvo allí. En la competencia individual de trampolín de 3 metros, Olvera demostró una vez más su talento y determinación, alcanzando el podio con una medalla de bronce. Esta doble medalla no solo reafirma su posición como uno de los mejores clavadistas del mundo, sino que también lo coloca en la historia olímpica de México, al unirse a la exclusiva lista de atletas que han logrado esta hazaña.
La comparación con Joaquín Capilla, el máximo exponente de los clavados en México, no es casualidad. Capilla, quien en 1952 ganó plata en plataforma de 10 metros y bronce en trampolín de 3 metros, es una figura icónica en el deporte mexicano, y que Olvera haya igualado su logro en París es un testimonio de la calidad y la preparación de los atletas mexicanos en esta disciplina.
Además, su éxito resalta la importancia de la tradición de los clavados en México, una disciplina en la que el país ha sido históricamente fuerte, y que continúa generando talento capaz de competir al más alto nivel. El futuro promete aún más logros para Olvera, quien, a sus 20 años, ya ha demostrado que tiene el potencial para convertirse en una leyenda del deporte mexicano.