Goose, un golden retriever, es uno de los 536 perros entrenados por el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP) para detectar drogas, armas, dinero y pasajeros ocultos. Este valioso can se enfrenta diariamente al tráfico de drogas en la frontera con México, utilizando su agudo sentido del olfato para localizar fentanilo y otros narcóticos.
El paso fronterizo de San Diego, donde Goose trabaja, es uno de los más transitados del mundo y opera las 24 horas del día. Los perros enfrentan gases de escape, pavimento caliente y jornadas de trabajo impredecibles. Goose y su adiestrador, el agente Joseph Arcia, demuestran la habilidad del perro para detectar su juguete de entrenamiento entre los peatones, replicando su trabajo diario.
Desde 2017, el CBP ha entrenado perros específicamente para detectar fentanilo, una medida impulsada por el aumento de este opioide sintético y la epidemia de sobredosis. A pesar de la tecnología avanzada, el sentido del olfato de los perros sigue siendo crucial. El fentanilo es un potente opioide sintético cuya producción clandestina y sobredosis mortales han aumentado en la última década. En 2023, alrededor de 75,000 personas murieron por sobredosis de opioides sintéticos, en su mayoría relacionadas con el fentanilo.
La mayoría de las incautaciones de fentanilo por parte del CBP ocurren en cruces fronterizos legales en Arizona y California. Desde el inicio del programa, los perros han ayudado en la incautación de casi 29,000 kilos de fentanilo. El presidente Joe Biden ha pedido al Congreso que aumente la financiación de la seguridad fronteriza, incluyendo los esfuerzos contra el fentanilo.
En la academia canina del CBP en Virginia, los perros son entrenados para detectar seis sustancias: marihuana, cocaína, heroína, metanfetamina, éxtasis y fentanilo. El entrenamiento incluye la detección de «pseudonarcóticos» que huelen como las drogas reales. Los perros, que pueden aprender a detectar nuevos olores en tres días, también enfrentan desafíos como altas temperaturas y largas jornadas de trabajo.
El sentido del olfato de los perros es hasta 200 veces más potente que el de los humanos, lo que les permite registrar rápidamente el tráfico vehicular y controlar las filas de pasajeros. Aunque las incautaciones de fentanilo han aumentado, el CBP sólo intercepta una pequeña fracción de lo que entra al país. Sin embargo, cada incautación salva vidas y ayuda a interrumpir las rutas de tránsito y los modelos de negocio de las organizaciones criminales.
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