Durante su catequesis en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa Francisco ha abordado el tema de la ira, a la que ha calificado como un «vicio destructor» de las relaciones humanas. El Papa señaló que la ira es un vicio omnipresente y particularmente oscuro que tiene el poder de destruir las relaciones entre las personas.
Francisco destacó un fenómeno específico al denunciar que algunos hombres, aunque puedan contener su ira en el trabajo y parecer tranquilos y compasivos, se vuelven «insoportables para sus esposas e hijos» una vez en casa. La ira, según el Papa, expresa la incapacidad de aceptar la diversidad del otro, especialmente cuando las opciones de vida difieren de las propias.
El pontífice advirtió sobre la pérdida de lucidez que acompaña a la ira y cómo esta puede magnificar malentendidos, incluso cuando hay distancia y silencio. Citando al Apóstol Pablo, recomendó abordar los problemas de inmediato y buscar la reconciliación antes de que termine el día.
Francisco también reconoció que la ira es una emoción humana y cristiana, pero subrayó la importancia de gestionarla adecuadamente. Instó a que cualquier conflicto se disuelva inmediatamente para evitar que la ira persista y cause daño duradero.
En el cierre de su catequesis, el Papa mencionó la Jornada Nacional por las Víctimas Civiles de Guerra, expresando su pesar por las víctimas indefensas de las guerras, especialmente en lugares como Oriente Medio y Ucrania. Llamó a la paz y pidió a Dios que el grito de dolor de estas víctimas toque el corazón de los líderes mundiales y genere proyectos de paz.