Jonathan llegó desde el miércoles 17 de marzo a medio día a la calle de Juan Tablada. Decidió poner una silla y comenzar a esperar. Su meta: conseguir que vacunen a sus dos abuelos. Por ahora, ya lleva 45 horas formado y detrás de él, por lo menos hay otras 1,500 personas.
Él asegura que no se moverá hasta que lo logre. Es decir, si tiene suerte, tendrán que pasar 60 horas para que eso suceda. En donde está es el Code Alcalde, una de las 9 sedes que tendrá Guadalajara para aplicar la vacuna COVID-19 este 20 y 21 de marzo a los adultos mayores de 60 años.
Jonathan platica que acudió a formarse para tener la seguridad de que vacunarían a sus abuelos, quienes no han enfermado y esperan poder volver a salir.
Su miedo no es raro. El martes 16 de marzo, el secretario de Salud, Fernando Petersen Aranguren, informó por la mañana que 80 mil 925 dosis habían llegado a la ciudad y que más tarde informarían como sería la logística.
Al medio día dijeron que la aplicación sería por orden alfabético y no dieron más detalles. Pero al siguiente día, el miércoles 17 de marzo, la Secretaría de Salud Jalisco anunció que “no habrá aplicación de acuerdo a la letra del apellido” y presentaron los nueve puntos de vacunación: Parque Agua Azul, Code Alcalde, Parque San Jacinto, Parque Ávila Camacho, Code Paradero, Antigua Penal de Oblatos, Explanada del Instituto Cultural Cabañas, Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUADD) y el Museo del Ejército y la Fuerza Aérea.
Es decir, le dijeron a los ciudadanos que el que se forme primero gana. Y según las estadísticas del Inegi, eso significa que solo uno de cada tres adultos en la ciudad podrá acceder a la vacuna. Por eso, al escuchar la noticia Jonathan salió corriendo para apartar un lugar para sus abuelos.
Pero esperar largas horas en medio del calor, el sol y la llegada de personas no ha sido tan fácil. Los vecinos de la colonia Miraflores se dieron cuenta de esto y decidieron organizarse para evitar el caos y las peleas.
“Lo que hicimos fue comenzar a anotar nombre de la persona mayor a vacunarse y les dimos un número. Ese número también lo pegaban en la pared donde esperaban recargados, para así evitar que se metiera en la fila” comentó Cuauhtémoc Lorenzana, uno de los 10 vecinos que decidieron organizar.