El ministerio de Salud del movimiento islamista palestino Hamás ha reportado un devastador saldo de 21,110 vidas perdidas desde el inicio de los ataques y bombardeos por parte de Israel en la Franja de Gaza el 7 de octubre. Además, señalaron que 55,243 personas resultaron heridas en el mismo período, con 195 muertes registradas en las últimas 24 horas.
Las acciones bélicas han generado una crisis humanitaria grave, con una aguda escasez de agua, comida, combustible y medicamentos debido al asedio israelí. Esta situación ha llevado a que los 2.4 millones de habitantes de Gaza se enfrenten a dificultades extremas, con un acceso limitado a la ayuda humanitaria.
El jefe del ejército israelí, Herzi Halevi, advirtió que esta guerra contra Hamás se prolongará por “muchos meses más”, incrementando las preocupaciones sobre la situación humanitaria y los llamados a cesar las hostilidades.
Las condiciones actuales han desplazado a cerca de 1.9 millones de habitantes, mientras que en localidades como Rafah, cientos de personas hacen filas con recipientes en busca de agua potable. La ONU ha solicitado en una resolución la entrega de ayuda humanitaria sin obstáculos.
En paralelo, el conflicto se ha extendido a otras zonas como Cisjordania, donde se reportan víctimas adicionales y una escalada de combates, generando aún más preocupaciones sobre la situación en la región.
Las conversaciones entre representantes estadounidenses e israelíes han abordado la mejora de la situación humanitaria en Gaza y la necesidad de reducir el impacto sobre los civiles. Sin embargo, la crisis persiste y la preocupación por la tragedia humanitaria en Gaza sigue en aumento, instando a una rápida acción para evitar un mayor sufrimiento civil.