Argentina ha experimentado una devaluación drástica de su moneda, con el dólar pasando de 366 a 800 pesos argentinos, marcando una depreciación superior al 50%. Estas acciones son parte de un conjunto de medidas económicas introducidas por el nuevo presidente, Javier Milei, en respuesta a una inflación anual del 140%.
Las medidas incluyen la eliminación de subsidios en energía y transporte, así como la suspensión de obras públicas, que ahora serán financiadas con fondos privados. El ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó que estos subsidios pagados con inflación terminan impactando más a los ciudadanos de menores recursos.
El gobierno también prevé la reducción de ministerios de 18 a 9 y un recorte en las transferencias discrecionales del Estado a las provincias para mitigar el déficit fiscal. Además, se suspenderá la publicidad gubernamental durante un año y se prevé la no renovación de contratos laborales estatales con menos de un año de vigencia.
Para paliar los efectos de estas medidas, se duplicará la Asignación Universal por Hijo y se aumentará en un 50% la tarjeta alimentaria. El presidente Milei destacó que aunque se anticipa un período de dificultades, es necesario adoptar estas medidas para abordar la crisis económica del país.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) respaldó estas medidas como un paso esencial hacia la restauración de la estabilidad económica. Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, elogió las acciones como un paso importante para reconstruir el potencial económico del país.
El gobierno también anunció una serie de medidas, como la eliminación del sistema de importaciones SIRA y la implementación de apoyos directos a través de programas sociales existentes, manteniendo el enfoque en el fortalecimiento de estos programas para respaldar a los sectores más afectados por los ajustes económicos.









