El gobierno de Rusia ha acusado a las fuerzas ucranianas de llevar a cabo un ataque contra su flota en el mar Negro, y afirma que este ataque fue posible gracias a la «estrecha coordinación» entre las agencias de inteligencia de Estados Unidos y el Reino Unido.
El ataque, que ocurrió el 22 de septiembre en la ciudad de Sebastopol, en la península de Crimea, fue descrito por la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, como un acto coordinado con la inteligencia occidental, utilizando información de la OTAN y aviones de reconocimiento.
Zajarova sugirió que el propósito de estos ataques terroristas era desviar la atención de los fracasos de la contraofensiva ucraniana. Además, mencionó que buscaban «intimidar a la población y sembrar el pánico entre los rusos.»
A pesar de estos ataques, el comandante de la flota rusa en el mar Negro, Viktor Sokolov, ha afirmado que su destacamento sigue cumpliendo con todas las tareas asignadas por las Fuerzas Armadas de Rusia, incluyendo fuerzas de superficie, submarinas, aviación naval y tropas avanzadas.
Crimea ha sido un punto de conflicto desde que fue anexada por Rusia en 2014, lo que generó tensiones internacionales. Las fuerzas ucranianas han declarado que uno de sus objetivos principales es recuperar la península y «librarla de la ocupación rusa.»
Este incidente en el mar Negro añade una capa adicional de tensión a las ya complicadas relaciones entre Rusia, Ucrania y las potencias occidentales.