El hijo del presidente de Estados Unidos, Hunter Biden, enfrenta cargos penales relacionados con la posesión de armas de fuego después de que fracasaran los esfuerzos por llegar a un acuerdo de culpabilidad. Este inusual proceso legal marca el primer procesamiento de un hijo de un presidente en ejercicio.
La acusación fue presentada en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Delaware y consta de tres cargos penales vinculados a la posesión de armas de fuego. Este giro judicial se produce después de que un intento previo de acuerdo en el que Hunter Biden, de 53 años, se declararía culpable de dos delitos fiscales menores colapsara en julio.
Los cargos presentados han generado especulaciones sobre el impacto que este drama judicial podría tener en la campaña presidencial estadounidense de 2024. Mientras el presidente Joe Biden busca la reelección, su rival probablemente será el ex presidente republicano Donald Trump, quien también enfrenta múltiples juicios penales próximos.
El Fiscal Especial de Estados Unidos, que investigó los negocios de Hunter Biden en Delaware durante varios años antes de ser ascendido, presentó la acusación. Es importante destacar que el fiscal fue originalmente nominado por Trump.
Hunter Biden ha sido objeto de críticas y ataques por parte de Trump y otros republicanos durante varios años, acusándolo de irregularidades relacionadas con Ucrania y China, entre otros asuntos. A pesar de su controvertida historia, Hunter Biden nunca ocupó un cargo en la Casa Blanca ni en la campaña de su padre.
El Congreso de Estados Unidos, liderado por los republicanos, ha estado investigando los negocios extranjeros de Hunter Biden durante meses, y algunos miembros del partido han instado a una investigación de juicio político contra el presidente Biden.
En el pasado, se ha sugerido que Joe Biden podría haberse beneficiado de los negocios de su hijo, pero no se ha presentado evidencia sólida que respalde esta afirmación.
La investigación del Departamento de Justicia sobre Hunter Biden ha sido objeto de controversia, ya que algunos denunciantes del Servicio de Impuestos Internos asignados a la investigación afirmaron que el Departamento ralentizó la investigación y limitó la capacidad del Fiscal Especial para presentar cargos. Sin embargo, estas afirmaciones han sido negadas por Weiss, el Fiscal Especial.
Este caso judicial añade un nuevo elemento a la ya tensa atmósfera política en Estados Unidos, con implicaciones potenciales para la elección presidencial de 2024.