La asociación «Una Mano Amiga en la Lucha Contra el Sida» (UMA) ha denunciado que los migrantes LGBT+ que pasan por la frontera sur de México son víctimas de violencia, estigma, discriminación y acoso tanto por parte de las autoridades como de los ciudadanos, especialmente aquellos que viven con VIH.
Los migrantes LGBT+ se enfrentan a la inseguridad de la zona, pero aquellos que viven con VIH sufren rechazo en el acceso a servicios médicos, lo que los coloca en una situación de vulnerabilidad.
Los testimonios de los migrantes han revelado actos de homofobia y discriminación en la frontera. Muchos de ellos están en riesgo de sufrir violaciones o ser secuestrados. Aunque algunos han recibido atención médica en organizaciones independientes de los gobiernos locales, la situación sigue siendo preocupante.
La presidenta de UMA, Rossemberg López Samayoa, informó que en 2022 atendieron a casi 4,600 personas, de las cuales un 54% formaban parte de la comunidad LGBT+.
La mayoría de estas personas tiene la intención de seguir avanzando por México, pero pasan unos días en la frontera para poder tramitar documentos que les permitan el libre tránsito.
Se destaca el caso de Gerson David, originario de Honduras, quien compartió que en su país los niveles de discriminación son extremos, y que cruzando de Guatemala a México fue víctima de robo por parte de un grupo armado.
Por otro lado, la Red Nacional de Apoyo a Personas Migrantes y Refugiadas LGBT+ en México informó que han acompañado a más de 300 personas que han sufrido violencia y discriminación durante su paso por México. Las solicitudes de apoyo son principalmente realizadas por mujeres trans, seguidas por personas gay y lesbianas, procedentes especialmente de El Salvador, Honduras, Haití y Venezuela.
Muchas de las personas migrantes de la comunidad LGBT+ llegan a México buscando mejorar sus condiciones de vida o encontrar un espacio seguro después de ser expulsados por sus familias debido a su orientación sexual e identidad de género.