Rusia se hizo con el control de las filiales rusas del fabricante francés de yogures Danone y de la cervecera danesa Carlsberg, poniendo de relieve los riesgos a los que se enfrentan las empresas extranjeras que siguen haciendo negocios en el país.
En un decreto firmado este domingo por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, las participaciones extranjeras en el negocio de Danone en Rusia y la participación de Carlsberg en la cervecera local Baltika quedaron bajo la “gestión temporal” de la agencia federal rusa de la propiedad.
La decisión es consecuencia de un decreto firmado por Putin en abril que permite al gobierno poner bajo su control temporal los activos extranjeros en el país si los activos rusos en el extranjero son confiscados o amenazados.
En aquel momento, el gobierno ruso tomó el control de las empresas de servicios públicos pertenecientes a la compañía energética alemana Uniper y a la finlandesa Fortum Oyj.
Esta nueva medida podría aumentar la presión sobre las empresas occidentales, que ya son objeto de intensas críticas por permanecer en Rusia, para que abandonen el país. Más de 1.000 empresas abandonaron Rusia en los meses siguientes a la invasión a gran escala de Ucrania por Putin el año pasado.
Pero varias empresas, entre ellas Heineken, Nestlé, Unilever y Mondelez, han mantenido por diversas razones su presencia en el país. Es posible que las compañías que aún están en proceso de abandonar Rusia sientan ahora una nueva urgencia por hacerlo.
Carlsberg dijo en un comunicado este domingo que el acontecimiento era “inesperado” y que las perspectivas de venta de Baltika Breweries eran ahora “muy inciertas”. La empresa danesa había llegado a un acuerdo a finales del mes pasado para vender el negocio, sujeto a las aprobaciones regulatorias.
Baltika es una de las mayores empresas de bienes de consumo de Rusia y emplea a 8.400 personas, según el sitio web de Carlsberg.