AGENCIAS San Antonio, Texas. – A paso lento y sosteniendo una vela encendida en sus manos, Nikol Medina, de 21 años, junto con sus padres y hermanos participó en la procesión organizada por directivos de Casa Anunciación, quienes exigieron al Gobierno la abolición de la política migratoria del Título 42, la cual, a decir de los activistas, está causando la muerte de cientos de refugiados.
“O morimos en casa o morimos aquí”, fueron las palabras desgarradoras de la hondureña, quien decidió dejar la carrera de Derecho en su natal país para huir de su tierra ante las amenazas de muerte que recibió su familia por parte de los grupos pandilleros liderados por la Mara Salvatrucha.
Ella, al igual que el resto de los migrantes que viven temporalmente en la Casa Anunciación, dijo estar conmovida y dolida por el destino de los 53 inmigrantes que murieron en el interior de una caja de tráiler a finales de junio en San Antonio, Texas, al ser abandonados por los llamados ‘coyotes’.
“Esta vigilia es para recordarlos, es hora de unirnos y alzar la voz, y como migrantes tomar la iniciativa…”, dijo la mujer, quien cruzó la frontera hace un par de meses al lado de sus padres y tres hermanos a pesar de los peligros que enfrentaron.
“Tenía mucho miedo pero tuvimos que arriesgarnos para cumplir nuestro objetivo”, expresó la ex alumna de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y quien espera en breve reunirse con su familia que reside en California.
Para Rubén García, director de Casa Anunciación, la noche de la vigilia fue un momento de decir “no podemos permitir que se olvide a estos 53 migrantes que murieron en su afán por buscar una mejor calidad de vida para ellos y sus familias… son seres humanos que necesitan ser reconocidos”.
En su intervención y al lado de un altar improvisado en el que resaltaban el número 53, veladoras y fotografías de algunos de los fallecidos, hizo un llamado al Gobierno federal para que dé fin al llamado Título 42, la disposición que permite expulsar a extranjeros bajo la presunción de que pueden propagar el coronavirus.
“Estas gentes están arriesgando a la muerte a muchos refugiados al mantener una política como esta, que los obliga a arriesgarse a perder la vida metiéndose en esos camiones, cruzar los canales y el río Grande, en donde corren el riesgo de ahogarse.
Es algo que necesita terminar….” apuntó.
Aunque consciente de que eso implicaría un mayor flujo de migrantes al abrirles las puertas para que sometan su petición de asilo, dijo que sería un proceso temporal que al final terminaría en un flujo normal y controlable, que ya saben manejarlo