Según los científicos involucrados en la creación de la «caja negra de la Tierra» guarda un registro documental de los pasos dados por la humanidad para acercarse a la catástrofe ambiental.
Entonces la futura población de nuestro planeta podrá comprender la razón de la desaparición de la civilización, si es que alguna vez sucede.
La caja será una estructura metálica de 10 × 4 × 3 metros con paredes de 7,5 cm de espesor.
En este contexto, un equipo de investigadores de la Universidad de Tasmania y distintos colectivos de artistas decidieron crear un dispositivo que, tal y como ocurre con las cajas negras de los aviones, almacenará datos actualizados de estudios científicos, mediciones, noticias, posteos de redes sociales y acuerdos tomados en foros globales como la COP26, con el objetivo de crear una memoria cronológica de la actuación humana ante la crisis climática.
La construcción de la caja negra de la Tierra (hecha con acero de 7 centímetros de esperos, apariencia monolítica y 10 metros de largo) concluirá a inicios de 2022, momento en el que será colocada en un punto recóndito de la costa oeste de Tasmania, uno de los sitios considerados más estables política y geográficamente.
En su interior, la caja negra de la Tierra tendrá enormes unidades de almacenamiento y una conectividad a internet permanente. Cada día, un algoritmo se encargará de elegir los datos y noticias relevantes a propósito de la crisis climática y creará un respaldo cronológico de ellos.
Aunque se trata de un ejercicio de reflexión más que de un dispositivo necesario, en el futuro la caja será un diario fiel del actuar humano ante la crisis climática. Según sus creadores, sus datos dejarán constancia de la decisión que tomó nuestra especie para superar (o bien, sucumbir) ante la mayor amenaza que ha enfrentado desde su aparición en el planeta.