La Diócesis de Nuevo Laredo hizo un llamado a la comunidad para evitar la celebración del llamado “Halloween” el próximo 31 de octubre y, en su lugar, promover la tradición católica del Día de Todos los Santos, especialmente entre niñas y niños.
El vicario general de la Diócesis, sacerdote Jesús Tijerina, señaló que, aunque la Iglesia no considera pecado participar en dicha festividad de origen estadounidense, sí la interpreta como una celebración que exalta símbolos del mal y que, en muchos casos, desplaza el verdadero sentido religioso de las fechas previas al Día de Muertos.
Explicó que, según la tradición católica, el 31 de octubre corresponde a la víspera del Día de Todos los Santos, que se conmemora el 1 de noviembre, seguido por el Día de los Fieles Difuntos el 2 de noviembre.
Al adoptarse Halloween como fiesta de disfraces, dijo, se diluye el sentido espiritual de recordar a los difuntos y honrar a los santos.
Tijerina invitó a las familias a orientar a los menores hacia disfraces de figuras religiosas o de su santo favorito, en lugar de personajes alusivos al mal, como brujas, demonios o monstruos.
“Nuestra intención no es prohibir, sino invitar a reflexionar y rescatar nuestras tradiciones. El Halloween desvía la atención del verdadero significado de estas fechas y no es un buen mensaje para los niños”, expresó el vicario.









