La sequía extrema continúa afectando a la región de Nuevo Laredo y la zona norte de Tamaulipas, a pesar de las lluvias registradas durante las últimas semanas.
Así lo informó la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), que reportó que la presa La Amistad se mantiene apenas al 25% de su capacidad total, un nivel que, aunque superior al registrado el año pasado, sigue siendo crítico.
De acuerdo con Ramón Meza, representante de la CILA en Nuevo Laredo, las lluvias recientes —incluyendo las de agosto y septiembre— incrementaron ligeramente el nivel del embalse, que se encontraba en 21.5%, logrando un aumento de solo 3.5 puntos porcentuales.
“Aunque hubo incremento, seguimos con un almacenamiento bajo. En 2023 llegamos al 19%, hoy tenemos 25%, pero se requiere una tormenta o huracán que impacte directamente en la región para elevar realmente los niveles de captación”, explicó Meza.
La dependencia advirtió que, aún con las lluvias de temporada, las presas siguen con mayor salida que entrada de agua, lo que representa un riesgo latente para el abasto futuro, sobre todo si no se presentan precipitaciones significativas antes del fin de la temporada de huracanes, que concluye en noviembre.
Aunque el funcionario aseguró que, por el momento, el abasto de agua para uso urbano y agrícola está garantizado, se insiste en la urgencia de lluvias adicionales que permitan una recuperación sostenible en los niveles de almacenamiento de las principales presas de la región.